TABERNA "JUKE BOX"
Es un local de mala muerte
Donde se juntan cada noche
Los de siempre, se escriben guiones
Novelas negras, se escriben paginas
De trucos y maneras.
Se abre la puerta, se hace la niebla,
Entre los humos y los perfumes
Alguien entra.
CAFÉ QUIJANO
"LA TABERNA DE BUDA" de "La Taberna de Buda"
Hace unos dos años que mi amigo Aitor me comentó que quería montar un bar, un bar diferente. Le encantan las tabernas y la música, y pensó que lo que más le gustaría es que hubiese un bar donde cada cliente eligiese la música. No tardó demasiado en ponerse manos a la obra. Consiguió unos créditos, le encontré un local a su medida en la calle Coronación, y con una lentitud pasmosa se casó para siempre con su bar, al que llamó Juke box. El Juke box es una de esas máquinas antiguas de discos a lo James Dean. El sistema era simple, y a la vez espectacular. En cada mesa de aquel garito había una especie ordenador. Metes un par de monedas, y en pantalla te salen todas las canciones que puedes elegir, e incluso, llevar tú un CD, y en la misma mesa ponerlo previo pago. A la inauguración nos acercamos los colegas y toda suerte de curiosos, gorrones y vendedores de la zona. Las tres primeras semanas, con la novedad el local estaba lleno, pero poco a poco se fue vaciando, y Aitor fue aumentando las horas en su bar. Y paulatinamente fue de vivir de la taberna, a vivir para la taberna. Así, un miércoles cualquiera a las tres de la mañana, el local estaba lleno de putas, maderos, borrachos, alguna parejita discutiendo. Ya sabes, parroquia de muchas horas y molestias pero con poco gasto. En uno de esos días, al salir de una de esas aburridas cenas de negocios, tenía la boca seca de lamerle el culo al jefe, así que decidí pasar a hacerle una visita a Aitor. Había gente, bueno, gente por ser generoso, parecía una novela negra. Una puta relajaba sus caderas en la barra ante la atónita mirada de un borracho en la mesa seis. Al fondo, entre la diez y la doce, dos chicos hablaban en voz baja. Junto a la máquina tragaperras un parado que fingía trabajar esperaba a que su ficticia jornada laboral llegase a su fin para subir a su casa. Una parejita bailaba cansinamente al ritmo de la música, mientras se besaban como si fuese la última vez. Un tipo en la ocho miraba impacientemente el reloj, mientras una mujer preciosa de unos treinta y cinco daba cuenta de un Gin Kas de Bombay y miraba la pantalla. Yo fui hasta mi J&B Cola que me esperaba en la barra desde que Aitor me había visto aparcar. Parece mentira, pero un cubata da para mucho, y aunque creas que sí, el mundo no se para en ese preciso y precioso instante.
Si como yo eres, de los que prefieren,
Los placeres que brindan las mujeres,
Que pasan de los treinta.
Entre las casadas, busca tus amadas,
Los cuernos le pondrán a tu almohada,
Su sal y su pimienta
JOAQUÍN SABINA
"CUERNOS" de "El Hombre del Traje Gris"
José Luis tiene 59 años, y trabaja en la Mercedes. Llegó de un pueblecito de Badajoz en los sesenta con el boom económico de Vitoria. Empezó trabajando en un taller, luego una fábrica, y a principios de los setenta entró a currar en la Mercedes. Su mujer, Marisa, vino con él a Vitoria, crió a su marido y a sus cuatro hijos. Hoy, el último se ha ido de casa, y ella se muere de angustia y de ganas por volver a Extremadura. Su vida en común, si lo piensas fríamente es la de casi dos desconocidos. Hace como tres años que ni tan siquiera se lanzan monosílabos, tal vez un gruñido de vez en cuando, pero nada más. Y en cuanto al sexo, aproximadamente una vez cada dos meses, un coito de unos tres minutos da lugar a toda suerte de ronquidos del "hombre de la casa" La herencia de sus hijos es un ordenador, y unas pequeñas clases de interné. Así, José, se aficionó a la cosa, probablemente para evitar los desagradables silencios con Marisa. Y descubrió un anuncio. Y allí conoció a estrellasolitaria, una mujer separada, de Vitoria, y con ganas de vivir. Y sus mensajes se multiplicaron, a horarios en los que Marisa no podía pillarle. Así, con el paso de las semanas decidieron quedar, cogió horas sindicales ya que era delegado de la UGT, y en el turno de noche quedaron en un bar de la Coronación, El "Juke box". Y ahí, en mi primer trago, José Luis sentado en la mesa ocho, miraba el reloj. Pasaban cinco minutos de la hora convenida. Sus manos sudaban. Pensó en Marisa, durmiendo en casa, y se le pasó por la cabeza el irse, él en el fondo la quería. Se decidió, se marcharía a acostarse al lado de su mujer, pidió la cuenta por el Gin Kas. Pagó, y se disponía a salir cuando entró una mujer entrada en años, con un pañuelo rojo como convino con estrellasolitaria. Él llevaría una americana gris con una insignia en la solapa izquierda para reconocerse. La miró al rostro, y se hundió. Era su esposa.
Ojalá que las hojas
No te toquen el cuerpo cuando caigan
Para que no las puedas convertir en cristal
(...)Ojalá pase algo que te borre de pronto
Una luz cegadora
Un disparo de nieve
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte
SILVIO RODRÍGUEZ
"OJALÁ" de "Al Final de Este Viaje"
Jaume y Gorka son dos buenos amigos, en fin, más que amigos. Jaume es de un pueblito de Girona, pero vino hace seis años a Vitoria, en parte por la falta de comprensión hacia su homosexualidad, en parte porque vino tras un jugador del Deportivo Alavés que le prometió el oro y el moro. En cuanto a Gorka, tiene un año más que Jaume, y contaba con treinta a la hora de mi cubata. Ambos trabajaban en una empresa de software afincada en Miñano. En una cena de empresa, tras recibir las calabazas de la secretaría tras la que andaba, un Gorka borracho se sentó al lado del raro del departamento de marketing, el catalán. Y tras irse yendo todo el mundo, Gorka se despertó al lado de Jaume, con una resaca más, pero con un peso menos encima, siempre lo había sospechado, pero nunca lo había reconocido. Él intentó evitar a Jaume, se sentía incómodo, pero tras seis días sin dormir, apareció en el rellano del apartamento de éste, desesperado y enamorado. Decidieron, bueno no, Gorka decidió seguir con su relación, pero en secreto. "Es más fácil ser marica en el departamento de marketing, y hasta vende, que en el de contabilidad", solía decir. Mientras, a Jaume, al principio le hacia gracia la idea. Poner a su amante en aprietos con e-mails salidos de tono, asaltos sexuales en los lavabos de la empresa o comentarios sin sentido delante de toda la plantilla que tan sólo un ruborizado marica novato entendía. Esto provocó más de una bronca, además de que la fama de chalado de Jaume en la empresa se considerase totalmente justificada. Poco después, dejó de serlo. Desplantes públicos, huidas en desbandada de bares y restaurantes ante la aparición de la directora de recursos humanos. En incluso obligó a Jaume a ver una estúpida película de dibujos animados el día que el subdirector de ventas coincidió con ambos en la cola del cine para ver la última de Woody Allen. No es que Pokemon 6 le horrorizase sobremanera, es que los desplantes duelen. En cuanto a la familia, era peor. Los padres de Gorka eran los clásicos carcas, y su hijo no podía ser un "maricón de mierda". Todo esto lo habría superado, con mayor o menor éxito. Pero seis días después de uno de los plantes de Gorka, se le ocurrió hacerle una visita sorpresa a su apartamento, y en su vida de gay apaleado, Jaume había visto muchas cosas, pero ver el rostro de su pareja metido entre los muslos de la vicepresidenta ejecutiva fue demasiado. En esos momentos, mientras yo bebía, Gorka trataba de explicarle el porqué, mientras Jaume juraba que era la última vez que se enamoraría, y menos de alguien que ni siquiera es capaz de reconocer que quiere, que es.
Te conocí en aquel viejo cabaret.
pagué tantas veces por subir la escalera
que lleva a tu habitación.
pasamos noches entre la lujuria y el alcohol.
Nunca tuve nada mejor.
(...)Ya era de día. Me dijiste "tengo que marchar"
aquella sonrisa roja de carmín,
la mirada triste al decir adiós.
Nena, nunca la podré olvidar
DOCTOR DESEO
"NUNCA LA PODRÉ OLVIDAR (BALADA PARA UNA PUTA)"
de "Tan Cerca del Cielo"
Gladys nació en Maracaibo, Venezuela, hace 29 años. Fue Miss Infancia, Miss Muchachita y miss Maracaibo, pero ni siquiera llegó a la final de Miss Venezuela, a pesar de acostarse con dos de los jueces. Este hecho le llevó a tal depresión, que se dio a la bebida, a las drogas. Al principio las fiestas a las que iba, le encantaban. La gente más chic de Caracas acudía, y casi se metía las rayas de farlopa con el mismo rulo que conocidos cantantes y actores venezolanos. Con el paso del tiempo, pasó de acostarse con tíos simplemente por pasar un rato, a hacerlo por unos gramos. Ya no era la modelo prometedora de antes, y los contratos escaseaban, y por desgracia, ni en Venezuela ni aquí, las facturas se pagan solas, salvo en Gestcartera y en el BBVA. Emigró a Colombia por un turbio asunto, y se dedicó a ligarse turistas extranjeros en Cartagena de Indias. Allí conoció a Manuel, un rico empresario de Madrid, y éste le convenció para irse con él a España. Y España no le solucionó la vida, ni mucho menos. Y los grandes hoteles en los que iba a vivir, se convirtieron en clubes de carretera, y la alta sociedad que iba a conocer se transformaron en camioneros sudorosos y borrachos impenitentes, y las joyas que iba a tener se evaporaron en bisutería de todo a cien, y los desfiles de lencería fina en Cibeles o Gaudí, se cambiaron por desfiles en tanga en Zaragoza o Ceuta. Su vida de ensueño, desembocó en el mayor de los infiernos. Pero por fin, la vida le sonrió. Un chaval joven se acostó con ella, y se enamoró. La visitó varias veces, le hacía regalos, la trataba con respeto. Algo tan simple como eso, para ella era como haber encontrado a un príncipe. Pagó la deuda por el viaje, y se la llevó a Vitoria. Fue el mes más bonito desde hacia tiempo, hasta que Lucas, que así se llamaba el chaval, murió. Y ella se encontró por azares de la vida, con un chulo putas, que además era un hijo puta, peor que en los clubes, y triste por ese chico de ojos grises que murió. Junto a mí y mi J&B, despachaba su bebida cuando otro joven de ojos grises, tan parecido a Lucas, entró. Pero no era él, era su chulo, que tras cogerle el dinero que llevaba, la hizo salir del local. Y ella deseó que de verdad Lucas hubiese muerto.
No sé por qué te estoy queriendo
por entre todo el campo de algodón
y te espero
en el beso de cada esquina del quiosco,
de la escuela, del portal,
y no sé por qué.
Un día vienes y otro te vas
ahora me quitas y ahora me das
ÁLEX RAMOS
"NO SÉ" de "Llegarás"
Laura es preciosa, y ella lo sabe. Toda la oficina anda tras ella, y ella de vez en cuando, se regala a algún compañero de trabajo, para posteriormente saltar a otro. Digamos que le divierte. Nunca se encontró a la horma de su zapato, y, a pesar de que nunca puedes decir nunca jamás, no lo hará. Es la ventaja de ser guapa, y de no tener falsas ideas sobre el amor. El único problema que tiene es el insomnio. Tan sólo duerme una hora, y se desvela. Entonces se viste, y suele salir a tomar alguna copa, y si es posible, llevarse compañía agradable a casa. Pero ahora no es lo que busca. Sólo quiere pensar. Hace cuatro meses, Alfredo, de la subdirección se despertó a su lado. Le divertía, era atractivo y en ciertos momentos dulce. Desde entonces, Laura se comportaba con él aleatoriamente. Un día sí, cuatro no, tres sí. Los nervios de Alfredo se deterioraron tanto como lo hizo su cara. Anteayer entró en el despacho de Laura con una intención clara. Saber que narices pasaba. le dijo que la quería y que se estaba volviendo loco. Ella le tranquilizó. Salieron a cenar, y Laura le buscó acomodo en lado izquierdo de su cama. Tras el cigarro de después, el le dijo que la quería, y ella no pudo evitar reirse, reirse por unas palabras tan vacías, a la vez que pretenciosas. Por eso, y por ver salir a un hombre hecho y derecho sin camisa y dando un portazo de su apartamento. ¿Qué pensaría de ella la vecina del B? Decidió no ser más cruel. En el almuerzo se disculparía, y trataría de tranquilizarlo otra vez. Y, ¿quién sabe?, tal vez se lanzaría a por el nuevo, con esa espalda tan sexy. Total, Alfredo ya le aburría. Pero éste no fue a trabajar, y ella se olvidó de él. Al salir del curro y de tomar un par de copas, abrió su buzón mientras el nuevo le abrazaba por la espalda y le acariciaba las tetas. Propaganda, y algún sobre. Nada importante. Mientras dormía el nuevo tras una agradable sesión de besos y polvos, y pensando en que se tenía que aprender su nombre, abrió todos los sobres, incluso uno sin remite ni sellos. Era una carta manuscrita de Alfredo, diciéndole adiós y explicándole todo lo que sentía por ella. Y a Laura, esta vez , no le dio por reírse. Se miró en el espejo, y se dio cuenta de algo que no recordaba. De que alijen enamorado se ve mejor su reflejo. Llamó a Alfredo, pero éste no contestó. Se encendió un cigarro, mientras pensaba en como decirle a él que le quería. Sonó el teléfono, el mismo que dos minutos después se hacía añicos en el suelo cuando alguien, al otro lado, le contó que Alfredo se había suicidado.
Si ella se va no la perdones
si te deja cultiva bien tu odio
nunca seas generoso en olvido si ella se va
si te deja no digas adiós
o qué vamos a hacerle no pidas perdón
no repases vuestras fotos
y mirándole a los ojos
regálale eterno tu odio
ISMAEL SERRANO
"INSTRUCCIONES PARA MANTENER EL ODIO ETERNAMENTE"
de "La Memoria de Los Peces"
Nekane y Julen bailan como cualquier otra pareja, pero no lo son. Bueno, ahora si lo son, pero en siete horas, ella tendrá que ir a recoger a Félix, su novio, a la estación. Y lo peor de todo, es que cuatro horas después, mientras Julen trabaje, Nekane, con su oficial, cogerán el coche para Madrid, donde se instalarán para vivir. Y seguramente, un Julen destrozado se preguntará que qué pasó, que qué hizo mal. Y Nekane, sólo pensará de vez en cuando en él, cuando se enfade con Félix, o en el momento en que se sienta sola. Y ese será su único castigo. Demasiado poco para el daño que causará. Pero antes de que eso llegue, él piensa distraídamente en los veinte días que ha pasado. En mil caricias, en doscientos abrazos, y en el tatuaje en forma de pez de la espalda de ella. Seguramente en lo afortunado que se siente. En aquel momento en que se acerco a aquel grupo de chicas, con las que se juntaron. En aquella estúpida conversación llena de tópicos, en aquel primer beso con sabor a ron y nicotina. Y sueña con el momento en que perdió el control y la seguridad en su propia posición, y en como dejó de tenerlo todo controlado dejándose llevar. En el momento exacto en que se dio cuenta que se había enamorado, justo cuando olió su cuello mientras ella dormía a su lado. Ella, por el contrario, piensa en lo bien que se lo ha pasado, en las cosas que Julen le ha dicho, cosas que hace tiempo que Félix no le dice, si es que se las dijo alguna vez. Probablemente en lo cómodo que le ha resultado tener a alguien pendiente hasta la extenuación, en el final de estas minivacaciones. Y mientras bailan, y se besan, pasarán las horas. Después ella, cuando se acuerde de este affaire, sonreirá, él, sin embargo, se castigará a sí mismo acusándose por haberla perdido, y poco a poco, olvidará, hasta darse cuenta de todo lo que la odia.
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El local encendió todas sus luces. Yo me acabé mi cubata, mientras mi cabeza despedía a todas y a cada una de las historias que os he contado cuando una por una salían por la puerta. Ayudé a Aitor a recoger, mientras el hacía la caja. Y al cerrar la persiana me dijo que esa era la última noche del Juke Box, que había encontrado curro, y que ese local no volvería a dar de beber de nuevo, a cualquier historia anónima, que igual moría allí, sin ser contada nunca a nadie. Ya ves, quizás la historia de Aitor podría haber sido más interesante, ¿O porqué no la mía?